jueves, 26 de junio de 2014

El viaje infausto de una humilde hoja (relato)


 Triste vagar de una humilde hoja que, desprendida precipitadamente de la desnuda rama, busca consuelo en alguna hendidura del desconchado suelo. Caprichoso, el viento la mece a su placer,
desplazándola "sin piedad" en rabioso remolino la eleva hacia las
las alturas "como juguete en sus garras"...para dejarla caer sin conmiseración posible.  Un ajardinado paseo transitado por variopintos elementos que la hacen vulnerable a "sobrevivir"...y así, precipitarse hacia su fatal destino....
"valiente" la hoja enverdecida y teñida de otoñales grosellas es, mil veces golpeada a capricho del furibundo elemento climático, el viento. En último intento de superación,...y, como "milagro" consigue asirse y refugiarse en un pequeño saliente de un adoquín desconchado que le da cobijo y ansiado descanso,...poco le duró el momento de refugio,...un nuevo vaivén del "maligno" ventarrón la sacó de nuevo a la cruel intemperie... lanzándola sin piedad, hasta las suelas de los zapatos del viandante de turno que por el bonito "paseo" transitaba,...sin más contemplaciones, (perdida entre las contundentes pisadas) y presa de las mismas, la hicieron desaparecer para siempre. Fín............Marianarija

miércoles, 11 de junio de 2014

Relato, " fallida excursión a ninguna parte"



-Como una aparición espectral,…
Un personaje oscuro y aspecto siniestro se acercó hacia la luz de la lámpara mortecina de gas.
Apenas la ténue luz dejaba ver su enjuto rostro de luengas barbas y que cubría con una especie de hábito color negro (los pies y las manos no eran visibles)…...Este se ofreció en nuestra ayuda… ¿Conocen el paraje? preguntó balbuceante y, con voz bronca-entrecortada .... miren, dijo,... por aquí pasan cosas extrañasss y terriblesss…les advirtió,….¡tengan cuidado!...Y, se alejó del lugar impregnando el ambiente con un olor,…como a sangre rancia y sin hacer el más mínimo ruido.

"El sigilo con el que partió, "se comió " la inquietante silueta, hasta desaparecer de nuestra vista.

Incrédulos y temerosos nos miramos, siguiendo como pudimos con el quehacer del día.


-Mientras se alejaba, se escucharon lejanos chasquidos y el crepitar de troncos resecos mordidos de altas llamas…

Los excursionistas, conturbados y estremecidos por los acontecimientos,...regresaron a sus lánguidas y anodinas vidas.

-Jamás fueron los mismos y su amistad se truncó para siempre. Fín

Marianarija