CUENTO (terror) "el trigal"
Sus pequeñas pisadas se hundían más y más a medida que avanzaban por el enjuto y embarrado camino.
El trigal que se extendía a lo ancho, peinaba sus largas y doradas espigas al viento, invitando a los atribulados niños, a guarecerse entre ellas, afín de escapar de la hostil persecución. .En su huida tropezaban una y otra vez, y valientes, se levantaban -siempre, cogidos de la mano- En sus heridas miradas, se reflejaba todo el horror del que huían... - una leve mueca en sus caritas, a modo de sonrisa, reflejaba el alivio que la libertad les ofrecía.
!El trigal, el trigal! gritaron, sin ni siquiera mirar atrás.
.Una sombra de terror se alargaba hasta casi alcanzarlos. Los niños, quitándose las embarradas botas,- pues les pesaban- aligeraron el paso hasta, una vez saltado un gran charco, consiguieron adentrarse en el trigal, y así avanzar por entre las espigas. Cuando llegaron a la orilla, se atrevieron a mirar atrás, y observaron que, la larga y jadeante sombra que les perseguía, iba desapareciendo poco a poco. Solo una voz de tenebrosa tesitura reverberaba como una eco que se expandía...!Os perseguiré hasta alcanzaroooos!
-Los niños entrelazados, corrieron y corrieron sin fin....fueron felices y comieron perdices el resto de sus vidas. Fin.....Marianarija
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Sus pequeñas pisadas se hundían más y más a medida que avanzaban por el enjuto y embarrado camino.
El trigal que se extendía a lo ancho, peinaba sus largas y doradas espigas al viento, invitando a los atribulados niños, a guarecerse entre ellas, afín de escapar de la hostil persecución. .En su huida tropezaban una y otra vez, y valientes, se levantaban -siempre, cogidos de la mano- En sus heridas miradas, se reflejaba todo el horror del que huían... - una leve mueca en sus caritas, a modo de sonrisa, reflejaba el alivio que la libertad les ofrecía.
!El trigal, el trigal! gritaron, sin ni siquiera mirar atrás.
.Una sombra de terror se alargaba hasta casi alcanzarlos. Los niños, quitándose las embarradas botas,- pues les pesaban- aligeraron el paso hasta, una vez saltado un gran charco, consiguieron adentrarse en el trigal, y así avanzar por entre las espigas. Cuando llegaron a la orilla, se atrevieron a mirar atrás, y observaron que, la larga y jadeante sombra que les perseguía, iba desapareciendo poco a poco. Solo una voz de tenebrosa tesitura reverberaba como una eco que se expandía...!Os perseguiré hasta alcanzaroooos!
-Los niños entrelazados, corrieron y corrieron sin fin....fueron felices y comieron perdices el resto de sus vidas. Fin.....Marianarija
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