El virulento frenazo se dejó sentir en el tercer vagón del
Metro. "Tallo Alto" era la
próxima estación a la que se dirigía sin variar su rutinario trayecto. El
revuelo de sirenas y el ir y venir de ambulancias, anunciaban del trágico
accidente. Los asustados viajeros descendían heridos, contritos é incrédulos.
Aún, les perseguía la pavorosa y cegadora visión del túnel, que hizo zozobrar fatalmente
al abezado conductor.
Marianarija
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