sábado, 24 de noviembre de 2012

Cayendo la tarde,...París

Lentamente, caía el atardecer y nos despedía alardeando su belleza a nuestro derredor. La emoción brotó incontenible,… desbordada, mis pupilas se emborronaron y pronto, el “desamparo” invadió mi ser ante la exhultante belleza en el valle.
Refugiada en tu regazo, juntos nos consolamos de la levedad del instante. ¡Cuesta asimilar tanta belleza¡ exclamamos,… volviendo a la sin par contemplación. Los rojizos despedían el atardecer por donde el dia se pierde. Medio paralizados, esperamos el discurrir crepuscular que se precipitaba inminente.
La leve brisa marina susurró en nuestros cuerpos dejándose notar,…El descarado y pertinaz relente,…hizo que sintiéramos frio, obligándonos a vestir nuestros cuerpos que, por entonces,..andaban libres de ataduras.
De regreso al árido terrenal y desbordados los sentidos,…prometimos volver.
Los potentes faros del “Jaguar” iluminaban el serpenteante camino hasta alcanzar la estrecha carretera.
 
Marianarija

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