MARTA
El frío rompía el silencio del amanecer.
En la estación, se esperaba al tren regional con los alumnos que ese día harían la excursión como cada jueves. La esperaban con anhelo sus padres, que la recibían con algarabía en el elegante porche de columnas rojas con hileras de hiedra. Transcurría la tarde en apariencia tranquila. Un incesante “ulular” de sirenas prorrumpieron en la elegante estancia Llegando al sótano, observaron a la angelical“ princesita ”la llamaban… Balanceándose en su sillita de enea y salpicada de sangre por todas partes , canturreaba sin parar…”adioooos papá, adioooos mamá lalala.
Marianarija
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