miércoles, 22 de junio de 2016

relato

El soplón
...Avanzaba el lóbrego pasillo de asfixiante atmósfera. Apenas podía respirar cuando comenzó el ascenso hacia el mirador del famoso Faro.
-Tras una parada obligada, cogió aire y resoplando lo iba expulsando hasta hacerse oír. Desde lo alto, alguien le esperaba.
El sudor hacía presa en su "gran humanidad" orondo hasta la náusea, ascendía llamando sin ser respondido...
-Al fin, un chorro de frescor marino que se colaba atrevido desde el ansiado mirador, le reconfortó en tan lastimero viaje...Agarrado, tan fuerte como podía, a la barandilla desconchada, y que un día fue pintada de un blanco impoluto, ahora permanecía herida de herrumbre (los aviesos vientos marinos se habían encargado de su feo desteñir).
!Al fin! llegaste gordo infame, grito una voz al fondo que se entrecortaba entre los vientos....Sí, al fin he llegado y, me pregunto,...¿como se te ha ocurrido quedar aquí?......!estoy aquí!...por aquí! a tu izquierda,le volvió a gritar...
El hombre gordo se hizo ver. Junto al "esperante" y tras un esbozo de saludo, pasaron a la observación (evitando mancharse de oxido )...
Sin apenas mediar palabra, un disparo certero se inccustró en su nuca. Antes de parecer inerme, quieto hasta la muerte,...un gran empujón lo precipitó al abismo del acantilado.....!por soplón! por soplón! le gritaba el asesino mientras observaba el descenso del infeliz hombre en su caía inexorable....Un !plof! sordo y apelmazado se oyó certificando el fin de su "viaje". ....Fín................Marianarija. D. reserv.

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