| El Grito, microrrelato de Marian |
...! Sácame de aquí! gritó hasta desgarrarse, ¡no quiero estar en este sitio tan lóbrego y oscuro. .. LLEVAMÉ A LOS MARES DONDE EL HORIZONTE SE PIERDA, DONDE LAS BRISAS MARINAS mimen con SU VAIVÉN CONSTANTE MI SER.- SABER QUE ESTOY aquí ...¡duele! .y, seguía el lamento de la dolorida plática....-SITUAMÉ EN CAMPO ABIERTO, EN UN GRAN VALLE, EN BARRANCOS QUE AUNQUE ABRUPTOS, LA INMENSIDAD ME CUBRA …pero, no me dejes aquí… los miedos me aterran y me axfisiarán sin remedio en esta jaula de “barrotes de oro”… siguió, la voz apagada en llanto inconsolable.
Tras la puerta, alguien la consolaba en su infortunio.
• Si abro la puerta te escaparás, te irás lejos y te recogerás en otros brazos… y, ! ya no volverás nunca! le respondía la ambigua otra voz balbuciendo.
El chirriar del cerrojo corriendo a través del oxidado conducto, dejó expedita la entrada a la radiante habitación, bajo el dosel de la cama dorada,… desparramada entre lujos, y segura en su espera, yacía envuelta entre bellos encajes bordados que brillaban resplandecientes -pareciendo un sol de amanecer- la dama liberada de maquiavélica sonrisa dibujada en labios rojo-pasión.
¡Puedes irte! le gritó la voz despiadada.
Despojada de ataduras que la constriñían de lujos, traspasó la pesada puerta, buscando la luz del jardín... pronto, el tímido sol matinal se posó acariciando su pálido rostro, y,- traspasando la enrejada puerta alejose sin, ni siquiera mirar atrás.
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