martes, 11 de junio de 2013

RELATO

Todo el intenso azul de cielos emborronados de tímidas nubes, se reflejaba en el espejo del gran lago, anunciando el fin del estío…que dejaba paso a la nueva estación de ocres otoñales.

El largo paseo por el bosquecillo de pinares y hayedos cansó precipitadamente nuestros pies desnudos, las frías aguas del lago allí abajo, nos llamaban invitándonos al baño.- Tras una matinal jornada intensa en acontecimientos, nos dejaba plácidos sentires de miradas furtivas que deseaban encontrarse en labios ávidos de deseos contenidos… y, el beso pronto, se deslizó incontenible sellando nuestro amor tardío.

El secreto, al instante quedó desvelado… nos amábamos.

Apresurados, estrenando el amor nos encaminamos vereda abajo hacia al lago, las ropas jugaban a esconderse entre la maleza que nos abrazaba con descaro... ¡espera, espera! le grité... la manga de la camisa se me ha enganchado! Un tirón fuerte la liberó de inmediato.

-Otros ojos vigilaban el camino... El fatídico lunes en forma de carta-chantaje que los comprometía, interrumpió abruptamente la velada en el lujoso apartamento de grandes ventanales al gran Támesis. Ambos amigos dimitieron de sus cargos.


Marianarija  D.serv.

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